Dirección
Entre Santiago y Groningen
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Entre Santiago y Groningen
Incluso en un viaje a Mendoza, me ocupé en buscar si existía una versión original de esa genialidad culinaria —si el mendocino se llamaba así, yo esperaba encontrar al ancestro químicamente puro del dulce chileno—; terminé encontrando muy buenos alfajores, pero nada parecido a un mendocino como lo entendemos en Chile.
En mi pega pasada, tenía la costumbre de que al menos una vez a la semana, me compraba un mendocino; le decía a mis colegas que el mendocino era el pináculo de la cultura chilena. Incluso en un viaje a Mendoza, me ocupé en buscar si existía una versión original de esa genialidad culinaria —si el mendocino se llamaba así, yo esperaba encontrar al ancestro químicamente puro del dulce chileno—; terminé encontrando muy buenos alfajores, pero nada parecido a un mendocino como lo entendemos en Chile. Esta anécdota muestra que soy fanático del manjar, los mendocinos, y los alfajores en general; ¿alfajores y manjar podrían considerarse el pináculo de la cultura latinoamericana?
Con ese sesgo culinario, me resulta muy raro que en Países Bajos no sean tan adictos como nosotros al manjar o a los alfajores, de hecho, son productos desconocidos acá. Entonces, apareció esto en una tienda de productos turcos:
¿Qué cresta estaba pasando? Era como el alfajor Fruna de kiosko, pero turco ¿o será que Fruna es una copia del alfakhr turco de kiosko? Con esta crisis de identidad a cuestas, compré una caja de 12 alfakhr —probar solo 1 no habría sido suficientemente riguroso— y me fui a la casa a catarlos.
Abrí uno de los alfakhres y su olor, efectivamente, me recordó al alfajor más barato que se puede encontrar en los kioskos nacionales. Al darle una mascada, lo mismo, era muy dulce y el chocolate tenía esa textura aceitosa, de chocolate falso, que encontramos en los alfajores baratos.
Peeeeero, había un gran pero, lo que en el envoltorio parecía ser manjar, era o muy poco o muy distinto a lo que yo esperaba. Quizá mis papilas gustativas ya son insensibles a estas cantidades minúsculas de estímulo, pero creo que aquí y en cualquier parte, la capa de manjar que se ve en la siguiente foto puede calificarse como un mero barniz, y no como un relleno. En base a todo lo anterior, le doy un 4/7 al alfakhr.
A pesar de esto, resolver la crisis identitaria seguía pendiente. Según pude encontrar en Wikipedia1 y en un diario argentino2, efectivamente el alfajor es originario de América Latina; crisis de identidad superada. Por otro lado, según este hilo de Reddit3, “alfakhr” significa algo así como “fineza” o “lujo”, y sería la marca del producto. Aun así, no me queda claro cómo un alfajor de Latinoamérica terminó siendo reversionado por una empresa turca. Sin embargo, me alegra que gracias a eso, pueda probar algo parecido a un alfajor en estos lares.
P.D.: La imagen de la portada es creación de Ignacia